La verdadera pandemia no es la gripe porcina.

Ante la cantidad de mensajes alarmistas que nos llegan sobre la gripe porcina me pregunto una vez mas el coste de la vida de los seres humanos según sea su procedencia.
Si la gripe no se hubiera extendido en USA y Europa la enfermedad no hubiera pasado de ser una anécdota más en las estadísticas de mortalidad mundial. Aquí unos ejemplitos:

Zimbabwe: País situado al sur del continente africano, entre el río Zambeze, las cataratas Victoria y el río Limpopo (un paraiso natural). La Zimbabwe Conservation Task Force publicó un informe en junio de 2007 que estimaba la muerte de un 60% de la biosfera salvaje del país desde 2000.
La tasa de adultos infectados por SIDA asciende al 28,6%, según las estimaciones del año 2001. y se calcula que 1,8 millones de personas viven con VIH/SIDA. Las muertes por esta enfermedad llegaron a las 17.000 para ese mismo año. La esperanza de vida es de 39 años.

Guatemala: Limita al oeste y norte con México, al este con Belice y el Golfo de Honduras, al sudeste con Honduras y El Salvador, y al sur con el océano Pacífico.
Tras 1960-1996, 36 años de conflicto armado la desnutrición crónica infantil en Guatemala todavía afecta a la mitad de los niños del país, y es especialmente grave entre las comunidades indígenas del área rural.
Datos de la FAO sobre el “tercer mundo”. http://www.fao.org/index_ES.htm

Sin ponerse más melodramáticos no hacen falta muchos cálculos para comprobar el valor de la vida según tu lugar de nacimiento. Un enfermo de origen español fallecido a causa del virus del SIDA vale aproximadamente 300 ciudadanos de Zimbabwue.
Y luego nos quejamos de que nos van mal las cosas...